
A principios del 2000, hablar de productos gourmet en Chile equivalía a un par de viñas que se habían atrevido a romper con el estigma de vino de calidad, pero de bajo precio, y a uno que otro aceite de oliva. En las dos décadas anteriores el país se había abierto al mundo, pero su énfasis fue la exportación de commodities. Sin embargo, los tiempos cambian y silenciosamente una nueva camada de jóvenes empresarios comenzó a ponerle smoking a una variada gama de productos para lanzarlos a los mercados de alto valor.
La mejor prueba de este cambio está en las góndolas de los supermercados nacionales, donde ya tiene su lugar una oferta diferenciada y multicolor, que va desde mieles con sabor, jelly, chutney - mermeladas agridulces- hasta quínoa y merquén, productos autóctonos que hoy viven su momento estelar.
El mercado interno se ha convertido en el laboratorio donde se testean las nuevas mezclas e innovaciones de la nueva oleada de productos gourmet. Esto, gracias a que los chilenos están buscando productos nuevos, siguiendo la línea de lo que imponen los consumidores de los países desarrollados.
Y la base estaba. La materia prima se produce en condiciones ventajosas respecto de otros países. Sólo faltaban las ganas y el talento para innovar, agregar valor o crear productos nuevos.
Incluso frente a la crisis hay confianza, porque sus creadores saben que el futuro depende de estar siempre reformulándose y buscando nuevas oportunidades. El mercado natural para los productos con mayor valor agregado son los países desarrollados, donde están los consumidores de mayores ingresos, como el de Estados Unidos. Y ahí cada año aparecen alrededor de 1.500 productos nuevos, lo que implica que nadie puede pestañear o quedarse dormido en los laureles.
Además, las actuales dificultades financieras podrían ser una oportunidad.
''Nuestros productos tienen la misma calidad que la de los franceses o los italianos, que son los líderes en este tipo de nichos, pero su precio es menor. La gama de productos gourmet chilenos apuesta a responder a la demanda de los mercados, intensificando destinos como Estados Unidos y Europa, donde nos pueden preferir porque nuestros precios son más bajos. También eso puede pasar en países como México, Costa Rica y Venezuela. Queremos elaborar formatos llamativos, pero que no sean muy distintos a los de la competencia, de manera que el cliente prefiera nuestros productos por formato y precio'', señala Marcelo Sobarzo product manager de productos gourmet de ProChile.
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