
La pugna entre marcas blancas y de fabricante se está convirtiendo en una guerra de contra propaganda en la que cada bando quiere resaltar sus valores ante un consumidor que, en esta crisis, tiene en el precio un referente clave en su decisión de compra, aunque no sea el único.
La crisis ha provocado que el factor precio adelante puestos en la mente del consumidor a la hora de decidir qué comprar, y se sitúe por encima de otras razones que antes pesaban más, como la sostenibilidad y comercio justo, según un reciente informe de TNS.
Danone inició con una campaña de publicidad en la que dejaba claro que no fabricaba para las marcas blancas -una estrategia que fue seguida más tarde por grupos como Nutrexpa (para La Piara) o Kraft (Fontaneda)-, la ''operación'' Mercadona ha iniciado la batalla.
Mercadona lo hizo al anunciar su decisión de eliminar unas 800 referencias de marcas (blancas y de fabricante) de sus lineales, y la consecuencia ha sido una revolución entre marcas afectadas, fabricantes, distribuidores y consumidores, situados en la disyuntiva entre el precio y la libertad de elección.
En esta pugna el cruce de información es clave, y se produce un efecto péndulo, de forma que cuando Ignacio Larracoechea, presidente de Promarca, la asociación que agrupa marcas líderes de alimentación, bebidas y droguería, reclamó libertad de elección del consumidor y ofreció cifras de inversión en I+D+i y empleo, Mercadona anunciaba sus esfuerzos inversores en logística y sus compras a proveedores locales.
¡Plazo de matrículación abierto!