
Las diferencias entre el precio de los alimentos son más que importantes dependiendo del grupo distribuidor que abastece al lugar en el que lo compra el consumidor final. En concreto la diferencia media entre el más barato -Gadisa- y el más caro -Uvesco- es del 19 por ciento, según los resultados del primer informe del Observatorio de Precios del Comercio Minorista, hechos públicos hoy por el Ministerio de Industria.
El informe recoge los datos de los 20 grandes grupos de distribución a nivel nacional y los 10 líderes por cada comunidad autónoma. Tomando como referencia los precios de Gadisa, Carrefour y Miquel Alimentació (+2 por ciento) o Grupo Auchan (+6) se sitúan dentro de la franja baja o media; mientras que por arriba destacan, además de Uvesco, El Corte Inglés (+18) y Consum (+13 por ciento).
En cuanto a productos las mayores diferencias se aprecian en el precio del pescado, que puede oscilar hasta en un 74% dependiendo del grupo distribuidor (en este caso Uvesco es también el más caro), porcentaje que baja algo en frutas y hortalizas (61% más caro en El Corte Inglés) y en carne (56 por ciento de diferencia).
Por ciudades, las diferencias de precios alcanzaron el 24 por ciento, siendo Salamanca, Zamora y Orense donde se registraron los más reducidos, mientras que Bilbao es la más cara.
LA DISTRIBUCIÓN, MOLESTA
El ministro Miguel Sebastián ha defendido un instrumento que estimulará el consumo y ayudará a los ciudadanos ya que ''permitirá un ahorro de tiempo y en el dinero de las cesta de la compra'', pero la gran distribución se siente señalada y ha lanzado duras críticas contra el estudio.
Para el directo general de la Asociación de Cadenas Españolas de supermercados, Aurelio del Pino, ha incidido en que es imposible recoger toda la información, por eso ha dicho ''la mejor recomendación para el consumidor es que compare por sí mismo''.
Mientras, desde la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución, han indicado que el Observatorio no realiza un estudio ''riguroso'' del mercado de la alimentación porque no mide ni la calidad de los productos ni la calidad de los servicios que ofrecen los distintos establecimientos.
Además, ha defendido que, para que la muestra fuese suficientemente representativa, los datos tendrían que recogerse el mismo día en todas las ciudades y establecimientos, dado que los precios de los productos perecederos varían ''de un día para otro'' en función del volumen que entra en las lonjas.
Silvia González Cerredelo
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