
Jaime Delgado Zegarra (Aspec), comentarista en La República, advierte que el precio del pan y la harina no bajarán mientras a los pocos industriales del sector -que concentran gran poder de mercado- no les parezca oportuno, pese a que el precio internacional del trigo sí ha bajado.
Si a algun importador se le ocurriera importar rapidamente trigo o harina, los industriales bajarían inmediatamente sus precios. Esta amenaza desanima a otras empresas a importar, porque corren el riesgo que los grandes grupos industriales las hagan quebrar.
Cuando los precios bajan, los industriales siempre alegan que deben agotar sus mercancías compradas a precios altos, pero cuando el precio internacional sube, ellos no tardan tanto en elevar sus precios, alegando que deben cobrar más para pagar los nuevos precios. Ellos nunca pierden pero los consumidores sí.
Esto no solo ocurre con el trigo, sino también con la soya, aceite y otros productos. El Estado tendría que mirar permantemente a estos sectores de gran concentración económica, para asegurar a los consumidores precios justos y una real competencia.
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