MODIFICACIÓN DE LA ALIMENTACIÓN DE MUJERES DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES DURANTE LA CRISIS ECONÓMICA EN LA ARGENTINA ENTRE LOS AÑOS 2007 Y 2009(PARTE I)
Resumen 1. Introducción 2. Objetivos 2.1. Objetivo general 2.2. Objetivos específicos 3. Material y Métodos 4. Resultados 5. Discusión y Conclusiones 6. Referencias bibliográficas
RESUMEN
En los últimos años la Argentina ha sufrido numerosas crisis económicas. Los hogares argentinos destinan un promedio del 33% de sus ingresos a la compra de alimentos y bebidas, este porcentaje disminuye a medida que aumenta el ingreso percibido. Se teoriza que los porcentajes de aumento de precios declarados por las instituciones oficiales no son los que el consumidor percibe en el momento de la compra de alimentos, fundamentalmente debido a que en muchos casos los productos consumidos no forman parte de las estadísticas y relevos. El objetivo del presente informe es determinar y comparar las modificaciones de los hábitos alimentarios a partir de la crisis económica en la Argentina entre los años 2007 y 2009 en mujeres de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que concurren a un consultorio de nutrición, comparadas con mujeres que no lo hacen. El tamaño muestral fue de 67 encuestas auto administradas a 67 mujeres con edades comprendidas entre los 21 y los 69 años de edad durante los meses de junio y julio de 2009.
1. INTRODUCCIÓN
En los últimos años la Argentina ha sufrido numerosas crisis económicas. Sin retroceder demasiado en el tiempo, se pueden mencionar la hiperinflación del año 1989 (año en que tuvo su pico máximo), la crisis del 2001 con la instalación de los llamados “Corralito” y “Corralón” junto con la eliminación de la ley de convertibilidad (pérdida del “1 a 1” del dólar estadounidense) y una nueva crisis económica a partir del año 2007 en los que los datos oficiales del INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) sobre la inflación y los precios al consumidor han sido muy cuestionados por diversos sectores.
En líneas generales, se sabe que los hogares argentinos destinan un promedio del 33% de sus ingresos a la compra de alimentos y bebidas (1) (2) y que este porcentaje disminuye a medida que aumenta el ingreso percibido (1) (2). Esta situación se observa en que tanto la región patagónica como el Gran Buenos Aires tienen valores por debajo del promedio -30,4% y 31,3% respectivamente- mientras que las regiones del Noreste y Noroeste tienen valores muy por encima del promedio -39,1% y 40,5% respectivamente- (1) (2).
Según un artículo publicado por el British Medical Journal en el año 2009 sobre el aumento de precio de los alimentos a nivel mundial, menciona lo siguiente: “Los precios de los alimentos en el mundo han comenzado a subir desde 2003 pero la tasa aumentó muchos y en forma acelerada a partir de 2006, alcanzando el record a mediados de 2008. El 14% aumentó en 2006 y se observó en el índice de precios de los alimentos básicos, un índice de precios de los principales alimentos ponderados según la cuota de mercado, el cual fue eclipsado por el aumento del 27% en 2007” (3).
La Línea de Pobreza es uno de los índices de medición: “Según este enfoque, se considera pobres a aquellos hogares con ingresos inferiores al valor de la Canasta Básica de Bienes y Servicios e Indigentes o pobres extremos a aquellos hogares con ingresos inferiores al valor de la Canasta Básica de Alimentos. Se entiende por Canasta Básica de Alimentos (C.B.A.) al conjunto de alimentos y productos alimenticios que forman parte de la estructura o patrón de consumo (forma que un individuo o grupos de individuos, selecciona, consume y/o utiliza determinados alimentos en relación a factores económicos, sociales y culturales) de la población que satisfagan el requerimiento energético y la mayor adecuación de nutrientes establecidos para una unidad de consumo o adulto equivalente al mínimo costo.” (4).
Si se observan los valores de la Canasta Básica de Alimentos desde el año 2001 hasta el momento, los datos del INDEC son los siguientes:
Tabla 1. % Variación de la CBA entre los años 2001 y 2009 según datos publicados porel INDEC Fuente: Elaboración personal a partir de los datos publicados por el INDEC Según la Tabla 1, desde el año 2007 hasta el 2009, el aumento de la CBA sería sólo del 3,76%. Varias instituciones privadas respondieron de modo crítico a estas cifras, como la Sociedad Argentina de Estadística la que, en el marco del XXXV Coloquio Argentino de Estadística del año 2007, menciona:
“Para los Estadísticos de nuestro país, este último año fue adverso y creó en muchos un estado de preocupación creciente. Los hechos acontecidos en el INDEC no son ajenos a nadie y significan un retroceso considerable para el país y la comunidad estadística. […] El problema de las Estadísticas Oficiales y el INDEC sigue vigente. Desde la SAE vamos a defender el profesionalismo de la Institución recomendando que el personal sea idóneo y que se lo respete, que se cumpla la ley y que la metodología a usar no se improvise.” (8).
En el mismo coloquio, el Dr. Juan Carlos Abril, Investigador Principal de CONICET declara: “El informar mal, utilizando material estadístico, podría llamarse manipulación estadística, y resumiéndolo en una sola palabra (aunque no sea muy buena), estadisticulación. Muchas veces el proceso de mentir con estadísticas indica que esas operaciones son el producto del deseo de alguien de movernos al engaño.” (8).
En un documento publicado por la CTA y ATE titulado “Dos años de destrucción de las estadísticas públicas”, los empleados del INDEC declaran duramente irregularidades en las estadísticas publicadas por el organismo. Dentro de los puntos más destacados se pueden citar (9):
- “La Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGH) 2004/2005, si bien está totalmente procesada y analizada, se encuentra difundida parcialmente, es decir sólo son públicos algunos pocos datos preliminares. (…) la Intervención dice utilizar ponderadores de esta encuesta para calcular el IPC y por el momento son secretos. También hay que señalar que los ponderadores del IPC publicados por la intervención no se corresponden con los datos preliminares de la ENGH publicada y esas diferencias no fueron explicadas.” - “Se desconoce qué canastas se han utilizado para calcular la Pobreza y la Indigencia con posterioridad al 2do semestre de 2006, dado que del informe de prensa habitual han desaparecido, intervención mediante, los valores de las canastas regionales utilizadas que se venían presentando”. - “Los informes de prensa de Pobreza difundidos por la Intervención tampoco dan a conocer la explicación metodológica del procedimiento de cálculo de las Canastas Regionales, incluyendo una referencia vaga, incompleta e inconsistente ya que se omiten los datos con los que se está realizado el cálculo de la Pobreza y la Indigencia.”.
Ahora bien, si la fuente oficial se presume inexacta o adulterada, las estadísticas de instituciones privadas no estarán exentas de sesgo. Una tercera opción sería el Sector Académico, el cual no se ha se ha ocupado mucho más de estas cuestiones.
A fin de dar respuesta a esta situación, el Lic. Oviedo -representante del Instituto de Economía y Finanzas de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba-, publicó un trabajo denominado “Una Rigurosa Estimación Académica de la Verdadera Inflación en Argentina: Años 2006 y 2007”, en el que propone un método nuevo e indirecto de medir la inflación en el país. El mismo se basa en el “(…) Método Tradicional de la tasa de crecimiento en la Recaudación en IVA a la que se le introdujeron determinados ajustes (…) se procedió a modelar una ecuación en diferencias recursiva que incorporó endógenamente la metodología del cálculo del PBI a precios constantes” (10).
Según esta nueva metodología, la inflación del año 2006 sería del 19,51% comparado con el 8,5% declarado por el INDEC y para el año 2007, del 26,24% comparado con el 8,4% respectivamente (10).
Es menester aclarar que la CBA incluye poca variedad de hortalizas (acelga, cebolla, lechuga, tomate, zanahoria, zapallo, tomate en lata) y frutas (banana, mandarina, manzana y naranja), y que los cortes de carnes utilizados (asado, carnaza, carne picada, cuadril, falda con hueso, nalga, paleta, pollo) no siempre son los consumidos con mayor frecuencia por poblaciones de clases socio-económicas medias. Esto último dificulta el establecimiento de un parámetro real que evalúe las fluctuaciones de precios respecto de la alimentación diaria de este estrato.
Asimismo, un alimento como el queso sólo se encuentra en 270 gramos mensuales y la manteca, ampliamente utilizada en la alimentación, no figura en la lista y sólo se incluye el aceite.
Desde esta perspectiva, se teoriza que los porcentajes de aumento de precios declarados por las instituciones oficiales no son los que el consumidor percibe en el momento de la compra de alimentos fundamentalmente debido a que en muchos casos los productos consumidos no forman parte de las estadísticas y relevos.
Con este panorama, se pretende conocer si los consumidores modifican sus hábitos alimentarios a merced del incremento de los precios del sector, considerando que en la alimentación hay opciones de reducir costos: reemplazar primeras marcas por otras más económicas; disminuir la cantidad de alimentos pre-elaborados o de servicios de entrega a domicilio “delivery”, entre otros.
Cabe aclarar que las encuestas fueron realizadas con anterioridad al aumento del consumo de entregas a domicilio y compras vía Internet generado por la epidemia causada por el Influenzavirus A subtipo H1N1.
2. OBJETIVOS 2.1. Objetivo general Determinar y comparar las modificaciones de los hábitos alimentarios a partir de la crisis económica en la Argentina entre los años 2007 y 2009 de mujeres de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que concurren a un consultorio de nutrición comparadas con mujeres que no lo hacen.
2.2. Objetivos específicos
- Determinar las modificaciones de los hábitos alimentarios de mujeres de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a partir de la crisis económica en la Argentina entre los años 2007 y 2009. - Comparar las modificaciones de los hábitos alimentarios a partir de la crisis económica en la Argentina entre los años 2007 y 2009 de mujeres de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que concurren a un consultorio de nutrición comparadas con mujeres que no lo hacen. - Determinar si la educación alimentaria nutricional recibida influyó en la elección de los alimentos a pesar de la crisis económica.
3. MATERIAL Y MÉTODOS
Estudio transversal. El tamaño muestral fue de 67 encuestas autoadministradas a 67 mujeres, con edades comprendidas entre los 21 y los 69 años de edad, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires durante los meses de junio y julio de 2009. La distribución de las edades fue la siguiente: entre 18 y 29 años un total de 24 casos (35,82%); entre 30 y 49 años, 25 casos (37,31%); entre 50 y 65 años 16 casos (23,88%); y mayores de 65 años, 2 casos (2,99%).
Edades
Las encuestas fueron semiestructuradas con preguntas tanto abiertas como cerradas. En todos los casos se les explicó a las participantes el objetivo del estudio. (Ver el modelo de encuesta en el Anexo n° 1).
Se dividió a la muestra en dos grupos: aquellas mujeres que estaban en tratamiento nutricional y las que no lo estaban. De la población encuestada, el 43,75% (28 mujeres) concurre en la actualidad a un consultorio de nutrición y el 51,56% (33 mujeres) no lo hacen.
¿Concurre en la actualidad a un consultorio de nutrición?
Aparte de la concurrencia en la actualidad a un consultorio de nutrición, se indagó si en alguna oportunidad habían recibido educación alimentaria nutricional. De las 67 encuestadas, 56 mujeres (90,32%) habían recibido educación alimentaria nutricional y 8 mujeres (12, 50%) no la habían recibido.
¿Recibió alguna vez educación alimentaria nutricional?
Autora: María de las Mercedes Gabinde Sardoy Licenciada en Nutrición (USAL) - Profesora en Nutrición (USAL) - Maestranda en Salud Pública (UBA) - Diploma de Honor de la Universidad del Salvador
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