IMPACTO DE LA ALIMENTACIÓN ALCALINA EN PERSONAS CON SOBREPESO Y OBESAS CON ENFERMEDADES CRÓNICAS
El objetivo es evaluar el impacto de la alimentación alcalina sobre el estado nutricional y las enfermedades crónicas presentes en pacientes con sobrepeso y obesos.
La alimentación es importante para evitar y controlar las enfermedades. La dieta alcalina mantiene el balance ácido-alcalino del organismo. La obesidad es una enfermedad que constituye factor de riesgo de enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, la diabetes Mellitus tipo 2, entre otras. Objetivo: Evaluar el impacto de la alimentación alcalina sobre el estado nutricional y las enfermedades crónicas presentes en pacientes con sobrepeso y obesos. Metodología: Se estudiaron 108 personas con sobrepeso y obesos que asistieron durante un año a la consulta externa de Nutrición del Hospital Calixto García, a los cuales se les indicó dieta hipo energética con alimentos alcalinos. Se constataron las enfermedades crónicas con pruebas bioquímicas al inicio del estudio y se valoraron al final.
Hubo predominio del sexo femenino en esta investigación. La pérdida de peso fue significativa en ambos sexos, y se controlaron las enfermedades crónicas. Conclusiones: La alimentación hipo energética alcalina controló las enfermedades crónicas asociadas en las personas con sobrepeso y obesas en este estudio.
1. INTRODUCCIÓN.
La alimentación es importante para prevenir y controlar las enfermedades, pero el estilo de vida actual provoca mal funcionamiento en el metabolismo del ser humano (1).
Si las personas ingieren alimentos energéticos en mayor cantidad que la que requieren y además realizan insuficiente actividad física, el exceso de grasa se deposita, generalmente en la región abdominal, lo que constituye factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares (2,3).
La tasa de obesidad continúa creciendo en los Estados Unidos con una tercera parte de la población clasificada como obesa, que los predispone a riesgo incrementado de enfermedades crónicas como las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2 (4).
La enfermedad de las arterias coronarias se mantiene como la causa más común de muerte en el mundo, y los factores de riesgo más importantes son la hipertensión arterial y la obesidad (5). La población cubana adulta presenta una alta prevalencia de sobrepeso corporal y enfermedades crónicas (6).
En Cuba en el año 2010 la tasa de prevalencia de Diabetes Mellitus tipo 2 fue de 40.4, la de Hipertensión arterial de 202.7 y la del asma bronquial de 92.2 por 1000 habitantes respectivamente (7).
La Diabetes mellitus tipo 2 es una epidemia a nivel mundial (8).
El doctorWilliam Howard discutió en New York sus teorías sobre la dieta alcalina expuesta en sus libros: “Health Via Food” y “Weight Control”. Posteriormente hubo otros autores que escribieron sobre los beneficios de esta dieta:Edgar Cayce, D. C. Jarvis, Herman Aihara, y Victor A. Marcial-Vega.
Con la publicación en el año 2003 de“The pH Miracle” del Dr. Young, la dieta alcalina comenzó a recibir publicidad y fue adoptada por muchas personas.
La dieta alcalina es una forma de alimentación que mantiene el balance ácido-alcalino. Cuando el organismo está muy ácido o muy alcalino, pueden ocurrir graves problemas de salud e incluso la muerte. Cada célula de nuestro organismo es levemente alcalina, necesita de esta condición para permanecer sana (9).
Para lograr el balance, idealmente la dieta debe estar compuesta en un 80% de alimentos alcalinos y un 20% de alimentos ácidos.
La escala de pH fue realizada en 1909 por el químico danés Lauritz Sorensen. El término pH para el “potencial para hidrógeno” es la medida del número de iones hidrógeno en un volumen estándar de líquido. Va desde 0 (extremadamente ácido) a 14 (extremadamente alcalino). Si un alimento u otra sustancia presentan un pH de 7 exactamente, se considera neutra.
En una persona sana el pH de la sangre, la linfa, el líquido cefalorraquídeo, etc., se encuentra entre 7,40 y 7,45 (ligero nivel de alcalinidad).Cuando se incrementa el nivel de acidez, debido a ciertos mecanismos de autorregulación, la sangre logra conservar este vital equilibrio, a través del aporte de bases (álcalis) que obtiene de los alimentos. En caso de ulterior necesidad sea por exceso de ácidos o por carencias nutricionales de bases, recurre a la reserva alcalina de huesos, dientes y tejidos. Se pone en marcha el mecanismo de descalcificación y desmineralización, por la salida de los minerales alcalinos desde los huesos. También se rompe el tejido muscular para liberar glutamina, aminoácido alcalinizante. Estos mecanismos previenen que la acidez se eleve hasta un nivel peligroso, pero al costo de reducir hueso y fuerza muscular. El resultado puede ser un incremento del riesgo de presión arterial elevada, inflamación, osteoporosis, y otras enfermedades crónicas (10).
Es el resultado directo de una forma invertida de comer. El exceso de proteína de origen animal: carnes rojas, leche y sus productos como el queso, el helado; el azúcar en cualquier forma (sacarosa, fructosa, glucosa) acidifican el organismo, crean sobre-acidificación. La porción ideal en un sujeto normal es de 4 partesalcalinas a 1 de ácido, lo que permitirá al cuerpo mantener un balance de pH de 7.3.
La típica dieta occidental está constituida mayormente por alimentos acidificantes.
Los humanos son los únicos mamíferos que consumen más sodio que potasio. Esta razón invertida sodio-potasio es una de las causas de la alta presión sanguínea. La hipertensión es el mayor factor de riesgo para los ataques cardiacos y accidentes vasculares encefálicos.
La dieta alcalina hace énfasis en las frutas y vegetales ricos en potasio, que tiene mayor efecto sobre el pH interno, mientras que los alimentos procesados son altos en sodio. Las frutas y vegetales contienen minerales alcalinos como calcio, magnesio y potasio.
El resultado es un balance sodio-potasio más óptimo, y una reducción del riesgo de hipertensión arterial.
Una dieta alcalina puede proveer proteína suficiente, así como hidratos de carbono complejos para energía, vitaminas, minerales y otros nutrientes, que sustentan el desarrollo mental y físico.
El té verde protege el organismo de la hipertensión arterial y otros trastornos cardiovasculares, ayuda a reducir el colesterol, contribuye a la prevención de enfermedades degenerativas, neutraliza los radicales libres y favorece la agilidad mental. (11)
En los alimentos existen ácidos beneficiosos y otros perjudiciales. Entre los beneficiosos podemos citar a los contenidos en las frutales. El caso de los ácidos: cítrico, málico, tartárico, fumárico, etc., que son ácidos orgánicos débiles y una vez metabolizados en el organismo se combinan con minerales (sodio, calcio, potasio) y dan lugar a sales minerales, carbonatos y citratos (elementos que tienen la capacidad de fluidificar y alcalinizar la sangre) o bien se oxidan en la sangre y son eliminados como anhídrido carbónico, activando la ventilación pulmonar (9).
No es igual la reacción química de un alimento fuera que dentro del organismo. Si la fruta tiene un pH bajo (ácida), cuando se metaboliza, puede generar una reacción totalmente distinta a su característica original. Es el caso del limón y también de la miel de abejas. Ambos tienen pH ácido, pero una vez dentro del organismo provocan una reacción alcalina (12).
En contraste, los alimentos acidificantes afectan el pH corporal porque son altos en minerales formadores de ácido, tales como azufre, cloro, yodo, fosforo, y sulfuro(9).
Para los hipertensos, uno de los hábitos que se debe cambiar es el consumo excesivo de sal, la que se sustituye por especias como las hierbas aromáticas: albahaca para acompañar con tomate (alimento rico en potasio y que ayuda a reducir la presión); el anís; apio; azafrán; comino; jengibre; orégano. Además, substitutos de la sal como son: cebolla, ajo, laurel, perejil, cilantro, entre otras (13-14).
Las recomendaciones nutricionales ponderadas para toda la población cubana son:
2300 kcal, 69 g de proteínas, 53 g de grasas y 387 g de carbohidratos. Estas cantidades contribuirán a la prevención del sobrepeso corporal y enfermedades no transmisibles de alta prevalencia en Cuba (15).
Las personas con sobrepeso tienen malos hábitos con ingesta baja de alimentos con fibra dietética (16,17). La fibra puede inducir la sensación de saciedad y reducir la ingestión energética.La ingestión de fibra está asociada con menor riesgo de enfermedades cardiovasculares (18).
Los costos del cuidado de salud de las personas con exceso de peso son elevados por las enfermedades crónicas que las acompañan (19).
Es muy importante que los que tienen exceso de peso alcancen el estado nutricional normal para prevenir y controlar las enfermedades crónicas asociadas.
Este trabajo se propone valorar el impacto de la alimentación alcalina hipoenergética en pacientes sobrepeso y obesos que presentan enfermedades crónicas, caracterizar a los pacientes sobrepeso y obesos según grupos de edades y género; valorar el estado nutricional al inicio y al final del tratamiento nutricional hipo energético con alimentos alcalinos; identificar las enfermedades crónicas presentes en estos pacientes.
2. DISEÑO METODOLÓGICO.
Se realizó un estudio de seguimiento con 108 pacientes sobrepeso y obesos que acudieron a la consulta de Nutrición Clínica del Hospital Calixto García, en el período de un año, que dieron su consentimiento a participar en la investigación. Se comparó el peso inicial con el peso en la última consulta realizada. Se clasificó a los pacientes según el estado nutricional en sobrepesos, Obesidad grados I, II y III. Se realizó un estudio bioquímico y electrocardiográfico (EKG) para determinar las enfermedades crónicas asociadas al exceso de grasa corporal y a los malos hábitos alimentarios (hipertensión arterial, hiperlipoproteinemias, diabetes mellitus tipo 2, cardiopatía isquémica, hiperuricemia, asma). El Índice de Masa Corporal fue utilizado para determinar el estado nutricional y su clasificación (6).
Se indicó dieta hipoenergética con alimentos de reacción alcalina, calculada individualmente, según los requerimientos energéticos y nutrimentales, y la disponibilidad existente. Se valoraron los resultados de las pruebas bioquímicas evolutivas para el control metabólico.
Alimentación alcalina indicada a los pacientes del estudio: Se orientó la ingestión de alimentos de reacción alcalina: Cereales (arroz Integral, pan integral, salvado de avena (20)). Dentro de las bebidas: agua, jugo vegetal, jugo de limón, té de hierbas, té verde, té de jengibre, extractos de verduras; carnes blancas (pescado, pollo y pavo), soya, yogurt, huevo hervido; viandas (malanga y boniato); semillas: ajonjolí. Vegetales frescos y crudos (orgánicos): Zanahorias, remolachas, calabaza, espinaca (altamente alcalino, al igual que el apio y el ajo), lechuga, pepino, espárrago, maíz fresco, cebolla, repollo, coliflor; Frutas: higos, fruta bomba, uvas, manzanas, peras, coco, tomate, naranja, limón, fresas, sandía, toronja, mango, piña, melocotón, aguacate; Granos: fríjoles verdes, lentejas, maíz, mijo; Lácteos: queso de cabra o de soya; Nueces y semillas: almendras, coco; Aceites: de linaza, de oliva, de canola; Endulzante: miel; Especias: Cúrcuma (ginger), Jengibre, algas, alimentos fermentados.
Ejercicios físicos: A los pacientes del estudio se les orientó la realización diaria de caminatas durante media hora a 45 minutos (21).
3. ANÁLISIS ESTADÍSTICO.
Se recogió la información en una base de datos elaborada con el programa Microsoft Office Excel 2010 para Windows 7. Se calculó la media y desviación estándar para las variables cuantitativas y las frecuencias absolutas y relativas para las cualitativas. Los grupos se compararon mediante la prueba no paramétrica Chi cuadrado con corrección de Yates cuando fue necesario empleando el paquete estadístico SPSS versión 16.0. Se consideraron significativas las diferencias menor o igual a 0,05.
Tabla nº 1. Caracterización de la población estudiada según grupos de edad y género.
Masculino
Femenino
Total
Nº
%
Nº
%
Nº
%
< 20
0
0.0
3
3.4
3
2.8
20-29
1
4.8
4
4.6
5
4.6
30-39
0
0.0
20
23.0
20
18.5
40-49
9
42.9
26
29.9
35
32.4
50-59
4
19.0
13
14.9
17
5.7
≥ 60
7
33.3
21
24.1
28
25.9
Total
21
100.0
87
100.0
108
100.0
Gráfico nº1. Estado nutricional al inicio en pacientes obesos con tratamiento nutricional por grupos de edades. Sexo masculino.
Predominaron los pacientes con Obesidad Grado I, seguidos de los que presentaban sobrepeso y Obesidad Grado III.
Gráfico nº1a. Estado nutricional evolutivo en pacientes sobrepeso y obesos con tratamiento nutricional por grupos de edades. Sexo masculino.
Gráfico nº2. Estado nutricional al inicio en pacientes sobrepeso y obesas por grupo de edades. Sexo femenino.
Gráfico nº2a. Estado nutricional evolutivo en pacientes obesas con tratamiento nutricional por grupos de edades. Sexo femenino.
Gráfico nº3. Enfermedades crónicas por grupos de edades. Sexo masculino.
Predominó la hipertensión arterial, más en el grupo de 40-49 años, seguida del grupo de 60 y más. Es de señalar que el grupo de 20 a 29 años que eran obesos grado III, solamente padecía hipertensión arterial.
Gráfico nº4. Enfermedades crónicas por grupos de edades. Sexo femenino.
Los pacientes controlaron al final del estudio las enfermedades crónicas que presentaban, comprobado por las pruebas bioquímicas evolutivas y la toma de la tensión arterial.
5. DISCUSIÓN.
Finkelstein y colaboradores realizaron un análisis transversal de muestras nacionalmente representativas de 538,140 mujeres entre las edades 15–49 y sacadas de 54 Estudios de Salud y Demográficos, entre 1994 y el 2008. Calcularon el estado nutricional a través del IMC y encontraron que el sobrepeso y la obesidad son problemas importantes que conciernen a la población global (22).
Los pacientes del estudio tuvieron mayor frecuencia de Obesidad Grado I. El grupo de edad con mayor cantidad fue el de 40 a 49 años, con predominio del sexo femenino.
Los estudios observacionales han encontrado que los adultos de mediana edad que consumen más cereales integrales tienen más bajo el IMC y las personas tienden a ganar significativamente menos peso a través del tiempo si consumen un promedio de ≥ 3 raciones de granos enteros/día (23).En el estudio de McKeown se asoció esta ingestión con el exceso de grasa corporal (24).
En el estudio de Tinker que indicó dietas bajas en grasa se mejoró el control de las diabéticas femeninas que participaron (25).
En nuestro estudio los obesos con diabetes mellitus siguieron las indicaciones de la dieta baja en hidratos de carbono refinados y alta en fibra dietética para el control de sus cifras de glucemia, lo que coincide con la investigación de Ventura y colaboradores (26).
Las personas obesas de nuestra investigación tenían malos hábitos alimentarios con exceso de ingestión de hidratos de carbono refinados y grasas saturadas. Representan un alto costo de salud de ahí la importancia de que se logre el control de estas entidades para evitar la hospitalización y el gasto que significa la misma, así como el de los medicamentos para los diferentes tratamientos médicos (27).
La hipertensión arterial es una condición común y está asociada con altas tasas de morbilidad y mortalidad que incluyen ingresos hospitalarios frecuentes (28).
La restricción del sodio es la terapia para el manejo de la retención de fluidos en pacientes con fallo cardiaco agudo y crónico (29).
En el estudio de Paterna y col. se demostró que los cardiacos que consumieron una dieta alta en sodio (≥ 2.8 g Na / día), comparado con pacientes que consumieron cantidades pequeñas, tuvieron más alta incidencia y un riesgo elevado de todas las causas de hospitalización y mortalidad. Por el riesgo asociado con ingestión alta de sodio se sugiere que las guías comunes para los cardiacos (29,30) deben ser más agresivas en la recomendación de menor ingestión de sodio.
En nuestro estudio hubo 61.9% del sexo masculino y 46% del femenino con hipertensión arterial a los que se les indicó dieta hiposódica que controlaron sus cifras tensionales y las mantuvieron dentro de valores normales. Consideramos también haya contribuido la pérdida de peso que presentaron por la alimentación indicada.
Los resultados de las investigaciones sugieren una asociación inversa entre el consumo de té verde y el riesgo de enfermedad de las arterias coronarias. Cada taza adicional de té verde consumida en el día fue asociada con una disminución del 10% en el riesgo (31).
Se ha demostrado que las catequinas del té verde inhiben la oxidación, la inflamación vascular, la aterogénesis, y la trombogénesis y modulan favorablemente el perfil de lípidos plasmáticos y la reactividad vascular, lo cual sugiere un amplio espectro de efectos beneficiosos sobre las enfermedades coronarias (32).
En nuestro estudio hubo 9.5% y 6.9% en el sexo masculino y femenino respectivamente con hiperuricemia, que controlaron las cifras de ácido úrico mediante la alimentación hipoenergética calculada de forma individual, en estos casos baja en proteínas de origen animal, y con alimentos alcalinos. En la investigación de Wu se analizaron la frecuencia de las crisis gotosas y sus riesgos (33).
Se observó asociación entre la ingestión de proteína y el riesgo de enfermedad isquémica total en un grupo de hombres entre 40–75 años de edad. Sin embargo, la alta ingestión de proteína animal podría estar asociada con un incremento del riesgo de Cardiopatía Isquémica en hombres aparentemente sanos (34).
En esta investigación la cardiopatía isquémica estuvo presente en el 9.5 y 5,7% en hombres y mujeres respectivamente.
La ingestión de proteína vegetal reduce el riesgo de Cardiopatía Isquémica, esto pudiera estar mediado a través de efectos beneficiosos sobre la presión sanguínea, colesterol, y el peso corporal (35).
La evidencia científica actual apoya que los antioxidantes pueden disminuir la peroxidación lipídica, la oxidación de las partículas de LDL-colesterol y mejorar la función endotelial y la vasodilatación dependiente del endotelio, sin mejorar de forma significativa el control metabólico de los pacientes diabéticos (35). Los pacientes diabéticos del estudio compensaron sus cifras de glucemia con la alimentación baja en energía y con los alimentos alcalinos indicados.
No se encontraron estudios de indicación de alimentación alcalina y sus beneficios sobre las enfermedades crónicas para comparar con este trabajo.
6. CONCLUSIONES.
En este estudio la dieta hipo energética con alimentos alcalinos llevó a la pérdida de peso corporal y a la compensación de las enfermedades crónicas presentes en las personas con sobrepeso y obesas. Consideramos de suma importancia lograr cambios en los hábitos alimentarios de los enfermos hacia la alimentación más saludable.
7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
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Autor:
MSc. Miriam Bolet Ascoviza (Especialista de 2do Grado en Nutrición). Dra. Juliette Massip Nicot (Especialista de 1er Grado en Bioestadística).
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